adiós tristeza
buenos días tristeza
estas inscrita en las líneas del techo
estas inscrita en los ojos que amo
no eres del todo la miseria
pues los labios mas humildes le proclaman
en una sonrisa
buenas días tristeza
amor de los cuerpos amables
fuerza de el amor
cuya amabilidad brota
como un monstruo sin cuerpo
cabeza decepcionada
tristeza hermoso rostro.

Paul Éluard (La vida inmediata)



Así comienza, el libro de Françoise Sagan.
Cuando una obra te recuerda algo de tu propio pasado y algún personaje se te asemeja a alguien o a ti mismo, es muy probable vivir la historia con mas intensidad.

Precisamente digo esto porque la historia de Cécile me ha recordado cuando vivía con mi madre y mi tía, siendo esta última la perfeccionista Anne, que pretende modificar el modo inestable y bohemio de vivir de la protagonista y su padre.
Es la introversión en la que se recluye por el cambio de rumbo con un nuevo y mas estricto capitán, el análisis de su propia existencia como individuo, el autojuzgamiento de sus actos y posibles consecuencias, son algunas de las cosas que me parecen más afines.

"adquiría una conciencia mas aguda de los demás y de mi misma. la espontaneidad y un fácil egoísmo habían sido siempre para mi un lujo natural y algo con lo q siempre había vivido. ahora bien, aquellos pocos días me habían trastornado lo suficiente como para llevarme a reflexionar a verme vivir" 2ª parte, 1º capitulo.

He estado buscando si el personaje era autobiográfico, pero he encontrado algo mejor, una carta de Françoise hacia Jean Paul Sartre. Esta hermosa carta llena de auténticos cumplidos de adoración es el comienzo de la relación de un maestro de las letras y su mas fiel seguidora. Pude leer como se reunían una vez por semana para almorzar y como compartían la actitud acabada y esperanzadora de la vida.

Recomiendo leerlo: "carta de amor de Françoise Sagan a Jean Paul Sartre"

Sin duda la lectura de este libro a mis 20 años y después de las vivencias de sentimientos tan parecidos, una visión tan cercana, me hace comparecer ante mi pasado, para reflejar lo aprendido en mi presente y agradecer mi futuro.

Gracias Tristeza.