jueves, 16 de abril de 2009

conciencia


Podría huir del tiempo,
que es la lacra que arrastran las mujeres bellas,
es condena y es punto de referencia.

Podría huir de la gente,
muchedumbre que alimenta
la inseparable necesidad del hombre
y me volvería huraña con alpargatas.

Podría huir del dolor y ser roca.
anestesiar mis sentimientos
y no volvería a desangrarme.

Podría borrar todos tus recuerdos,
destrozar el aire donde yace tu olor,
quemaría tus fotos de mi cabeza
y no quedaría nada de ti.

Jamás podría huir, sin embargo,
de ese reflejo que me dice
donde he estado,
que he hecho,
a quien he amado,
y quien ha muerto.
No hacen falta pérdidas de el último aliento
para hundir una vida,
solo hace falta destrozar sus sueños.

Es el espejo mi único consejero,
ya no puedo seguir peinándome de espaldas,
y es en que se vuelva y me mire mi consuelo.

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